Autor: Paulo Coelho
Editorial: Planeta
En el presente libro, Paulo Coelho escribe en tercera persona, recurriendo a su lado femenino, “porque sabía que lo que perturba es el riesgo de ser diferente y el horror de ser igual”.
Verónika, una joven de 24 años, aparentemente ha tenido todo en la vida, frecuenta sitios de moda, tiene citas con jóvenes atractivos y es hermosa, sin embargo, una mañana de 1997 decide quitarse la vida tras darse cuenta de que ésta se ha vuelto monótona, aburrida. Un día era exactamente igual al anterior. Además, piensa, que una vez pasada la juventud, vendría la vejez que le dejarían marcas irreversibles, llegarían las enfermedades y se alejarían los amigos. Piensa que continuar viviendo solo incrementa las posibilidades de sufrimiento.
Decide suicidarse ingiriendo una gran cantidad de píldoras para dormir.Tras fracasar su intento de suicidio es ingresada a un hospital psiquiátrico donde, le informan que le queda una semana de vida por una afección cardíaca a causa del abuso de las píldoras.
Durante su estancia en el hospital psiquiátrico, Verónika se da cuenta de que no tiene nada que perder, además según le han informado tan solo le quedan pocos días de vida, y por lo tanto puede querer, decir y ser lo que quiera sin tener que preocuparse de lo que otros piensan de ella. Debido a esta nueva libertad, Verónika experimenta todas las cosas que nunca se permitió en su existencia, como el odio, el amor e incluso el sexo.
Conoce nuevos amigos, descubre nuevas cosas y hasta se enamora de Eduard, quien sufre de esquizofrenia, mientras espera la muerte. Con todo lo vivido durante esa semana descubre al fin, que cada hora, cada minuto e incluso cada segundo de la existencia es una elección.
Es un libro que realmente lo recomiendo. Se disfruta muchísimo de su lectura ya que está narrado de una manera tal que es sencillo de entender, permitiendo una lectura fluida y una gran compenetración con la obra. Permite además, una identificación con la protagonista ya que muchas veces no nos damos cuenta de que cada día trae consigo un milagro, ya el hecho de vivir lo es.
Un día no es igual a otro, por más que objetivamente nuestros días consistan en una rutina. Solo debemos ver los pequeños detalles y disfrutar de todo lo que la vida nos regala.
Hacer cosas diferentes, aquello que siempre hemos soñado, no tenemos por qué esperar el típico "momento oportuno" ya que puede ser que tal vez nunca llegue, porque ese momento oportuno lo idealizamos y no vemos que cualquier día es el ideal para hacer lo que deseamos. Sin importarnos el qué dirán o qué esperan los otros de nosotros.
Verónika decide morir nos ilustra claramente que los grandes cambios pueden darse en un lapso muy corto de tiempo y la mayoría de esos cambios solo dependen de nuestra sola decisión. La decisión de vivir y no de morir lentamente.